Cruceros ¿Alto coste ambiental o vacaciones sostenibles a bordo?

septiembre 30, 2020 • 0 Comment

Hace ya tiempo que los cruceros se han puesto de moda. Se ha popularizado este tipo de vacaciones y su auge es muy elevado en los últimos años.

Zona recreativa de aguas de un crucero

Estos cruceros prometen, diversión, transporte cómodo de una ciudad a otra y durante la travesía infinidad de actividades de entretenimiento, como juegos, espectáculos, piscinas, solárium, y numerosos bufés con comida y bebida a todas horas.

El aumento de este tipo de viajes, que en 2019 se situaba con una tasa de crecimiento del 7%, denota que es un sector que genera riqueza y empleo.

Existe un lado no tan lúdico de los cruceros, que preocupa a las entidades defensoras del medio ambiente, que denuncian altos niveles de contaminación tanto en el agua como en el aire de estos hoteles flotantes. Por otra parte las compañías navieras argumentan que las nuevas embarcaciones se adaptan y construyen para ser sostenibles medioambientalmente.

Fuel oil, el combustible más contaminante

Gases emitidos por un crucero

Los cruceros utilizan fuel oil para desplazarse, que es 100 veces más tóxico que el diésel, usado en vehículos a motor terrestres.

Los gases que se emiten constan de CO2 responsable del efecto invernadero, óxidos de azufre y óxidos de nitrógeno responsables de la lluvia ácida. Junto con todo esto hay hollín que son partículas que emite el motor.

¿Como afectan estos gases a los pasajeros? Existen estudios, como el elaborado por NABU (Nature and Biodiversity Union), que ha calculado el nivel de partículas contaminantes en la cubierta de un barco es 200 veces superior a los niveles habituales, por lo tanto mientras contemplan el mar, juegan o hacen deporte en la cubierta del barco, están respirando dichos gases.

Esta contaminación se ha extendido a las ciudades destino por el incremento en la llegada de cruceros. La ONG belga Transport and enviroment , el año pasado realizó un estudio en el Mediterráneo donde ciudades como Barcelona y Palma de Mallorca estaban sufriendo un aumento de polución debido a los grandes cruceros, cada vez más asiduos en estas ciudades.

No toda el agua es azul

Los cruceros, constituyen verdaderas ciudades flotantes que generan una cantidad ingente de residuos de todo tipo.

Según un informe de OCEANA (Asociación mundial que se dedica a la protección y restauración de los océanos) un crucero que tenga un pasaje de entre 2000-3000 personas genera 1000 toneladas de residuos que se componen de lo siguiente:

Aguas grises, llenas de fosfatos, jabones y productos de higiene personal que son dañinos para el medio ambiente

Aguas negras son las aguas fecales.

Sentina: Son los aceites usados de los motores y turbinas de los motores.

Tóxicos derivados de tintorerías, material electrónico, productos farmacéuticos, materiales eléctricos, pilas etc.

Basura del consumo diario de comida y otros productos.

Según el convenio MARPOL (Maritim Pollutions) de la Organización Marítima Internacional, se prohíbe tirar al mar residuos sólidos excepto restos de comida que habitualmente se tratan para su incineración o bien para echarlos al mar, nunca a menos de 3 millas de la costa.

Sobre las aguas residuales existe la posibilidad de desecharlas a una distancia de 12 millas de la costa. La CLIA (Asociación Internacional de Líneas de Cruceros) afirma que sus asociados, no realizan estas descargas si no es en centros de tratamiento de residuos.

El problema de esta normativa es que permite desechar ciertos residuos en mar abierto, sin control.

En cuanto a residuos sólidos, la separación de plástico, cartón y vidrio está ya implementado en los barcos, y existen sistemas de reciclaje.

¿Cómo afectan a los ecosistemas marinos?

Mejillones zebra. Especie invasora en Europa Meridional. Contaminación causada por aguas de lastre.

Los residuos vertidos directamente al mar pueden alterar ecosistemas, como los arrecifes de coral o afectar a los bancos de peces.

Otro peligro de los cruceros es que pueden introducir especies foráneas en zonas protegidas y poner en jaque todo un ecosistema, ya que lo desequilibran. Ello ocurre por causa de las aguas de lastre. Los buques necesitan equilibrarse y para este proceso tienen unos depósitos para ello, que en ocasiones se llenan, y en otras se vacían. Entre llenado y vaciado el crucero se traslada y puede llegar a producir verdaderas invasiones, como el mejillón cebra, en la Europa Meridional, en la cuenca del Ebro, o pueden producir mareas rojas y otras invasiones de algas.

Para que no sucedan este tipo de transferencias las aguas de lastre deben filtrarse y esterilizarse con ozono, usar biocidas o sistemas de osmosis inversa.

El tráfico comercial aumenta la contaminación acústica, amenazando ecosistemas y especies sensibles, como las ballenas que en ocasiones se desorientan.

Masificación. Una polución diferente.

Crucero atracado en Santa Cruz de Tenerife

Antes comentamos que puertos como Barcelona, Palma de Mallorca y también las Palmas de Gran Canaria sufren las consecuencias de un empeoramiento en los niveles de polución del aire.

Hay otro tipo de polución, la masificación del turismo en dichas ciudades, que afecta a los recursos de estas. La llegada masiva de miles de personas en momentos puntuales por pocas horas produce malestar entre los residentes por una sensación de saturación en la población, problemas de movilidad, lugares emblemáticos ocupados sólo por turistas, etc. Si bien se crea empleo para atender a estos miles de cruceristas, en realidad el impacto económico en la ciudad anfitriona es escaso, para los problemas o molestias que ocasiona a los habitantes.

Desde Ecologistas en acción, se denuncia la modificación de los litorales para albergar nuevas terminales, y la polución a la que es expuesta la población vecina a las terminales, así como la navegación cerca de la costa que contamina el aire de las poblaciones cercanas.

¿Qué dicen las navieras?

Ante toda esta lista de agravios, las navieras se defienden.

Buque de una la conocida naviera Costa Cruceros

En CruisesNews 48 , en marzo de 2019 decían “Los cruceros son un blanco fácil sobre el que verter acusaciones de contaminación sin contrastar: son grandes y visibles, queman fuel-oil y llevan mucha gente, por lo que se deduce que generan mucha basura (…) Podemos explicar mil veces que en los cruceros todo lo reciclable se recicla, todo lo depurable, se depura, y que en cuanto ha existido tecnología para filtrar los gases, se ha implantado masivamente, pero las dudas fundamentadas en bulos o datos manifiestamente erróneos seguirán ahí.”

Conscientes de estos problemas muchas compañías apelan a su responsabilidad social corporativa implementando sistemas de reciclaje a bordo, sistemas de limpieza de gases, y construyendo buques más sostenibles. En los últimos años han instaurado políticas de ahorro energético, conservación de agua potable, reciclado a bordo, eliminación de plásticos de un solo uso, y se han creado proyectos solidarios en colaboración con bancos de alimentos para aprovechar los alimentos no consumidos durante la travesía.

Para el 2030, existe el compromiso por parte de la CLIA, para que las navieras reduzcan un 40% de las emisiones de carbono. La respuesta es el Gas Natural Licuado. No es un sistema ideal ya que continúa emitiendo CO2, pero reduce sus emisiones en un 30%, además de reducir en un 80% el óxido nitroso y no contiene azufre. En el horizonte están combustibles como el amoniaco o el hidrógeno, que no producen prácticamente emisiones pero hoy en día su producción es escasa y los puertos no están preparados para suministrarlos.

Desde el sector se argumenta que las embarcaciones cruceristas, son las mejor adaptadas y sostenibles desde 2014 en adelante, en comparación con otras embarcaciones como pesqueros o de transporte.

Electrificar los puertos parece ser otra de las soluciones más limpias pero tan solo dos puertos europeos han realizado dichas instalaciones. Además se calcula que la producción eléctrica debería aumentar hasta un 50% de la producción renovable actual lo que incrementaría su consumo.

Los cruceros son un nuevo sector que tiene éxito, pero ¿a qué precio? ¿Son suficientes las medidas que se están llevando a cabo para ser sostenibles medioambientalmente? ¿Debe ponerse un cupo de cruceros en las ciudades para evitar la contaminación y sobre explotación de recursos? Sin duda son cuestiones que deben abordarse para poder hacer de esta manera de viajar un sistema sostenible y amable para los destinos, el medio y los pasajeros.

Por Gemma Nogués Folch

Colaboración: Paula Ascaso Pérez y Patricia Lorenzo Palenzuela

Referencias:

##contaminacion #Cruceros #Mares y océanos #Navieras #sensitur #sostenibilidad #turismo

The Blog