Como perjudica al medio ambiente las mascarillas y uso del plástico en era de COVID-19.
Se desvanecen las esperanzas de que el medio ambiente salga beneficiado.
La pandemia de la COVID-19 no solo ha creado una crisis económica y de salud mundial, sino que también ha tenido efectos dramáticos en el medio ambiente.
Sin embargo, ha significado un respiro al reducir por unos meses el nivel de emisiones de gases de efecto invernadero.
Los confinamientos, el cierre de fábricas y tiendas, las restricciones de viajes, la cancelación de casi todo el tráfico aéreo, la disminución de tráfico vehicular y los cruceros, provocaron un descenso de un 25% de las emisiones contaminantes, no obstante, se trata de un efecto temporal.
Ante la pandemia de la COVID-19 en todo el mundo la gente se ha visto obligada a utilizar mascarillas para protegerse a sí misma y a los demás de un posible contagio. Están diseñadas para el personal médico, pero se han convertido en un artículo de uso común. No podemos prescindir de ellas de momento, pero desecharlas correctamente es crucial para el medio ambiente.
Las mascarillas son un 70% de plástico y no son biodegradables. Básicamente necesitan un tratamiento térmico para desintegrarse o deben ser eliminadas como residuos generales, es decir incineradas.
Los beneficios del reciclaje de un material potencialmente contaminado son inferiores a los de riesgo, y se prima la prevención y la salud pública.
A través de la pandemia nuestro mundo acumula mucha más basura y está provocando que aún mas desechos terminen en la naturaleza. Entre ellos el biotopo marino, los daños que provocan los residuos plásticos en él son mortales ya que en este caso se habla de productos químicos y tóxicos que se degradan.
Durante 2020 se ha calculado que los océanos han recibido 1.560 millones de mascarillas las cuales son fabricadas con fibras de polipropileno (plástico). Puesto que tarda cinco siglos en descomponerse continuará contaminando nuestro medio ambiente en forma de micropartículas.
Cada día se utilizan solo en España más de 500 toneladas de mascarillas desechables, casi 200.000 toneladas al año. Y entre el 1% y el 1,5% termina en el mar. Lo cual nos deja ver que tenemos 2.500 toneladas de plásticos, micro plásticos conforme se van degradando, contaminando la vida marina y la cadena alimentaria. Hoy en día se calcula que cada día se tira más de 6.800 millones de mascarillas.
Además de ser un peligro letal para los animales. Una manera de evitar daños es cortar las gomas de las mascarillas, para que, en caso de que estas escapen del vertedero, aves, peces u otros animales callejeros no se enreden en ellas.
Concienciar y potenciar su recogida selectiva y conseguir que sean biodegradables y reciclables se perfilan como solución para la sanidad del planeta.
Obtener una recuperación verde, la cual tenga un enfoque más transversal y social.
Áreas con grandes oportunidades económicas las cuales tienen un enorme efecto catalizador en la agenda 2030, como el sector empresarial. Analizan y reflexionan como desarrollar soluciones inteligentes y sostenibles. Aspiran a que este tipo de investigaciones sean el comienzo de nuevas formas de gestión más eficientes.
En España empresas, instituciones y Ayuntamientos como el de Alcorcón (Madrid) toman la iniciativa de colocar contenedores de color rojo, para la recogida de mascarillas y guantes, con destino a su proceso de incineración. Es un proceso que se puede utilizar para generar energía, producir electricidad y calor.
Empresas como Bionicia, junto con el centro superior de investigaciones científicas (CSIC), han desarrollado una mascarilla FFP2 biodegradable.
En el País Vasco utilizan mascarillas usadas para fabricar combustible. También compañías como Plaxtil reciclan mascarillas para hacer otras nuevas, llevan más de 50.000 unidades fabricadas.
Científicos australianos han desarrollado un proceso para convertirlo en un material para construir carreteras, el cual aporta y mejora la ductilidad, la flexibilidad y la resistencia de las carreteras. Este nuevo proceso supone una reducción en carbono para minimizar los desechos generados por la pandemia. Solo un kilómetro de carretera construido con este material requiere de tres millones de mascarillas, exactamente las mascarillas que se tiran a la basura en solo un minuto en el mundo. Esta gestión de los residuos evitaría que 93 toneladas de basura lleguen a los vertederos o al medio ambiente.
La covid lleva a la pobreza a 160 millones de personas (ecoavant.com)
La necesidad de reciclar las mascarillas que nos protegen del coronavirus (bbva.com)
Científicos usan mascarillas desechadas para… ¡construir carreteras! | Eltiempo.esCOVID-19 – Cómo impacta en diferentes áreas de la sostenibilidad · Pacto Mundial
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