Capturando la pieza agresora: el jaque mate del ajedrez entre el calentamiento global y la producción vinícola
Uno de los factores más influyente para elaborar un vino de calidad es el clima, pues altera la textura, el olor, el color, sabor, etc. Por esta razón, el cambio climático a no muy largo plazo, pondrá en riesgo a este producto y su manufactura.
Investigadores de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas, la Escuela Técnica Superior de Caminos, Canales y Puertos, la Universidad Politécnica de Madrid y la Universidad francesa de Tours, han cooperado en un estudio sobre los efectos derivados del cambio climático y de cómo afectan a la producción del vino en la cuenca mediterránea y a nivel mundial.
El resultado de la investigación nos indica que la disminución de lluvias y un incremento reducido de las temperaturas, serán un escenario de poco impacto para producir vino. Sin embargo, la modificación en las altas temperaturas y elevada sequía, si afectarán a su obtención.
Otros factores a tener en cuenta serán:
.Los cambios en el indicador que mide la idoneidad térmica para la producción de vino en una zona determinada (índice de Huglin).
.Los cambios en el índice de Frío Nocturno, que mide la temperatura mínima nocturna durante el periodo de maduración y da información sobre aroma y color de las uvas.
Los territorios más afectados serán las regiones más aisladas del Norte de Europa, la región vitivinícola francesa y España. En 2.050 dos tercios de estas poblaciones no tendrán las condiciones climáticas adecuadas, ya que cada año debido al calentamiento global, madura la fruta más pronto.
Se ha llegado a la conclusión de la necesidad de desarrollar acciones conjuntas en las distintas zonas productoras, para que los cambios no afecten a la economía global.
Este estudio ha sido publicado en Science of the Total Environment.
El cambio climático no sólo perjudicará en la creación de vinos, también destruirá otros alimentos como granos de café, cacao, pescado, leche, fruta y Almendras.
María Alba González