Del desperdicio a la sostenibilidad alimentaria

Más de una tercera parte de los alimentos que se producen en el mundo se terminan perdiendo o desperdiciando. Tomar conciencia de cómo reducir estas pérdidas no solo nos hará más productivos como sociedad sino más sostenibles
La pérdida de alimentos se define como la disminución de la masa alimentaria comestible durante todas las etapas de la cadena alimentaria: desde la producción, post cosecha, elaboración y llegada al consumidor. Todos, tanto productores como consumidores somos clave en cada una de estas fases. A base de buenas prácticas de aprovechamiento de los alimentos podemos poner nuestro granito de arena para reducir este problema, por eso, empezaremos por darte dos consejos. Seguramente los habrás escuchado antes, pero según la Comisión Europea, siguiendo únicamente estas dos pautas podríamos reducir nuestro desperdicio en los hogares más de un 60%, de modo que siempre es buena idea repasarlos.
- Dale prioridad a los alimentos que tengan una fecha de caducidad próxima. Parece sencillo, sin embargo, tener una despensa ordenada es más complejo de lo que parece (los supermercados tienen hasta logaritmos para ello). Recuerda poner al fondo los alimentos recién comprados y revisar periódicamente la nevera e incluso el congelador ¡Siempre hay alguna sorpresa!
- No tires la fruta y la verdura. ¿Sabías que los tomates pasados son los favoritos de los chefs para las salsas? la fruta y la verdura muy madura pierde consistencia y gana sabor. Perfecto para compotas, salsas y mermeladas.
Y si estás pensando en mudarte de casa o irte de vacaciones no tires los alimentos perecederos que queden en casa. Hay miles de organizaciones que estarán encantados de recibir este excedente.
El desperdicio de alimentos se ha convertido, de hecho, en uno de los temas centrales de todas las instituciones con competencias en ecología. La Comisión Europea cuantificó en 2010 que el 42% de los desperdicios de alimentos de la UE se producen en los hogares, el 39% en el procesado y el 14% en restauración. Como consecuencia, hoteles, restaurantes e industria alimentara están intentando disminuir el desperdicio alimentario. Son muchos los que han aprovechado incluso esta época de cierre para adquirir nuevos compromisos.
De esta manera nació, por ejemplo, el sello “Ecohosteleros”, un proyecto de Ecoembes (la organización ambiental sin ánimo de lucro que coordina el reciclaje de envases en España) que ofrece formación y materiales para la separación selectiva de residuos. Papeleras de colores, cartelería informativa y guías. Ya hay más de 16.500 establecimientos participantes repartidos en la mayoría de las comunidades autónomas. Solo en 2019 se unieron un total de 5.220 locales.
Por su lado, las administraciones públicas confían en la realización de Eventos y talleres a nivel local e internacional para concienciar y disminuir el desperdicio alimentario. Estos talleres van desde charlas en colegios hasta Foros Internacionales y estudios en las universidades más prestigiosas de Europa.
Además, desde los organismos públicos europeos se está intentando ir más allá de los planes que conllevan únicamente la realización de eventos y talleres de concienciación. Más allá de charlas en colegios, Foros Internacionales y estudios en las universidades más prestigiosas de Europa, la Comisión está trabajando en el desarrollo y auspicio a apps de iniciativa social y comercial para el aprovechamiento de alimentos aptos para el consumo que irían a la basura.
La más famosa de ellas “Too Good to Go” ya funciona en casi todas las grandes ciudades de España y pone de acuerdo a empresas hosteleras que quieren deshacerse del excedente de platos que no pueden volver a usar al final de cada noche, que venden a clientes a un precio mucho menor a través de esta app.
Otras como “Nummums” realizan un seguimiento de la comida que se ha comprado y en qué fecha caduca, de este modo el usuario puede ser alertado y tomar medidas. Las acciones recomendadas van desde comer, ajustar sus futuras compras hasta llevar la comida en mal estado a una agencia para su redistribución.
¿Sabías que durante el confinamiento se redujo el desperdicio de alimentos en un 50%? Con un poco de atención podemos hacer una gran diferencia, ahora más que nunca, ya no hay excusa para ponerse manos a la obra a la hora de ser más eficientes en nuestros hábitos de consumo de alimentos. Lo notaremos rápidamente tanto en el cubo de basura como en nuestro bolsillo.
Redacción: Víctor Sosa Guillén