¿Dónde está el mar Aral y el lago Chad?
Cuando yo era pequeña, década de los ochenta, era obligatorio saber que eran El mar Aral y el lago Chad. Debías saber localizarlos; el primero asiático (entre Kazajistán, al norte, y Uzbekistán, al sur), el segundo africano ( pertenece a los países Chad, Níger, Nigeria y Camerún), y alguna de sus características. Al llegar el siglo XXI los alumnos ni siquiera conocen su nombre y menos su ubicación.
Relegadas al olvido estas dos maravillas de la naturaleza, se han convertido en desierto. Los países que utilizaron sus aguas no se ponen de acuerdo en cómo encontrar la solución para que no terminen de desaparecer y paliar su destrucción.
Esta negligencia humana no solo ha destruido el ecosistema, sino que las consecuencias de este desastre natural es de proporciones titánicas.
Causas de su desaparición
Todo empezó en la década de 1950-60 con la política hídrica de los países donde estaban situados.
En el caso de mar de Aral empezó cuando la Unión Soviética decidió desviar los ríos Amu Daria y el Sir Daria, que desembocaban en él, para convertir las zonas anexas a ellos en grandes productores de algodón.
La URSS en pocos años consiguió que un desierto, pasara a ser un vergel, gracias a la construcción de 45 embalses, más de 80 presas y cerca de 32.000 kilómetros de canales. Pero cometieron distintos errores primero la deficiencia de la red, lo que provocaba pérdidas de agua por diferentes motivos, y la reducción a una octava parte del caudal original que recibía el mar de Aral.
Mientras que en la situación del lago Chad, hay que añadir a la utilización hídrica, para agricultura, ganadería, el aumento de la población por conflictos bélicos y sobre todo grandes sequias, algunos expertos creen que debido en gran parte al cambio climático.
Estas sequias en un lago poco profundo provoca una mayor evaporación y el caudal hídrico es menor, lo que conlleva que las orillas del lago de una época a otra tengan varios km de diferencia, observándose que el tamaño de su superficie se haya reducido drásticamente.
Proceso de desaparición
EL mar Aral que llegó a tener una superficie de 68.000 km² y ser el cuarto lago interior más grande del mundo en el S.XX ha ido disminuyendo inexorablemente. Aunque el hombre secó el lago por completo hace 600 años cuando desvió río Amu Darya hacia el Mar Caspio, había vuelto a ser un gran mar en los siglos XIX y XX, donde la pesca y su industria daban de comer a miles de personas.
Pero la agricultura y la evaporación le partió en dos en 1987 el desierto empezaba a interponerse entre las dos partes. Los dos mares fueron secándose lentamente hasta que en 2014 la parte sur ya era un desierto y la parte norte sólo queda a día de hoy un 10% de lo que fue.
El lago Chad , la principal fuente de agua del Sahel, una franja de 25.000 km², fue el sexto lago más grande del mundo en el siglo pasado.
La pesca,era rica y abundante, llegaron a existir 20.000 vendedores de pescado. Pero durante la década de 1970 las sequias largas, el abuso del agua para riego, redujeron el lago de tal forma que hacia 1973 se marcaron dos cuencas diferenciadas con un archipiélago en el norte.
Desde entonces el agua ha ido desapareciendo, convirtiendo el lago en algunas zonas en lodazales, otras en desierto y ha llegado a reducirse, como el mar Aral, a un 10% del total de su superficie.
Catástrofe medioambiental y humana
No es solo que desaparezca el agua, sino que su desaparición ha provocado además del abandono y destrucción de especies, el cambio drástico del clima que afectaba a esas zonas, menos lluvias aumentando la sequía y las tormentas de arena entre otros cambios meteorológicos.
En caso del mar de Aral incluso es peor, porque al ser un lago salado, esa sal permanece en la superficie imposibilitando que muchas especies no puedan aclimatarse.
Añadido a esta salinidad, el mar Aral se encuentra contaminado con los fertilizantes y pesticidas usados para los cultivos de algodón, asi como la contaminación por Antrax. Esta última debida a que existió base secreta de investigación biológica de Vozrozhdeniye, abandonada tras la caída del muro de Berlín en 1989.
Esto ha provocado numerosas enfermedades a la población que todavía permanece en la zona del mar Aral, La población local experimentó problemas de salud que van desde retrasos en el crecimiento, fertilidad reducida y problemas cardiopulmonares hasta tasas más altas de cáncer.
En el lago Chad la reducción de su superficie a 2.000 kilómetros cuadrados. a ha provocado sobre todo perdidas de ecosistema, cambio de clima y abandono de las poblaciones afectadas por la sequia, el hambre y la pobreza han aumentado, junto con el aumento de violencia por parte del Yihadismo.
Soluciones que no terminan de llegar
En el caso del mar Aral los países que lo rodean, crearon el IFAS (Fondo Internacional para la Salvaguardia del Mar de Ara). En la reunión que mantuvieron en 2018, se acordó trabajar sobre todo en dos puntos :
• Controlar aún más el uso del agua, por ejemplo, a través de tecnologías verdes para reducir los volúmenes de riego.
• En la introducción de especies de plantas resistentes a la sal, como son los árboles saxaul (haloxylon)», como explica explica Orazbay Allanazarov, un especialista en forestación «Un sauxal completamente maduro puede restaurar hasta 10 toneladas de suelo alrededor de sus raíces»,
A estas se unió la cooperación de las Naciones Unidas, por iniciativa de Turkmenistán, que fortalece esta lucha.
Mientras en el lago Chad la UNPD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo ) junto con sus socios, ha creado proyectos que se enfocan a la gestión y desarrollo de los recursos naturales y la rehabilitación de ecosistemas del lago Chad.
• En la reunión de 2017 se acordó la reforestación con más de 4.000 hectáreas con plántulas resistentes a la sequía. Apoyados por el Estado francés como parte de los compromisos firmados en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático .
• El proyecto plurianual Estabilización Regional Integrada, financiado por Alemania, para mantener la estabilidad sociopolítica de la zona.
Aunque estos esfuerzos no darán sus frutos hasta bien entrado el S.XXI, y siempre que todos los países y las asociaciones se impliquen seriamente, el mar de Aral y el lago Chad nos muestran ahora una imagen dantesca y escalofriante que se extiende sobre su superficie.Dos grandes desiertos que extienden su mano para robar el poco agua que queda.
Un mar de Aral manchado aquí y allá por los esqueletos de numerosos barcos pesqueros, un día dueños y señores del mar…..puertos herrumbrosos. Donde antes existieron ricas ciudades hoy sólo existe una población escasa que se resiste a abandonar el hogar de sus ancestros.
Un lago Chad sembrado de esqueletos de animales, vegetación seca … y millones de personas huyendo de la guerra y el hambre.
El mundo se ha olvidado de éstos espacios, sin olvidarnos del lago Poopó (Bolivia), el lago Tanganica ( República Democrática del Congo, Tanzania, Burundi y Zambia) o el lago Urmía ( Azerbaiyán iraní), todos ellos en una situación cada vez más desesperada para evitar su desaparición.
Marta de la Cruz Cardiel