El cambio climático y la tecnológica se necesitan
La tecnología hoy en día por suerte o por desgracia la necesitamos para todo. Todos sabemos que para combatir el cambio climático hay que frenar las emisiones de gases de efecto invernadero, pero también necesitamos eliminar el exceso de dióxido de carbono de la atmósfera y hay juega la tecnología a nuestro favor ya que hay que usarla para tal reto. La gente al oír que los expertos consideran imprescindibles el uso de la tecnología para retirar la gran cantidad de dióxido puso en duda esta mezcla.
Esto va en cadena ya que si reducimos el dióxido también revertimos el calentamiento ¿Cuál es el problema?
Pues que por desgracia hay pocas empresas que lo estén llevando a cabo. Uno de los avances tecnológicos contra el cambio climático más prometedores en este sentido lo presenta la empresa Blue Planet. Esta increíble tecnología permite atrapar el dióxido de carbono ya existente en nuestra atmósfera y convertirlo en caliza sintética. Para que todo el mundo nos entendamos y no suene esto a chino significa que el CO2 se convierte en CO3 el cual se usa para fabricar material ¿Y que se puede hacer con este mineral? Construir edificios.
Es posible que los siguientes datos sean algo escalofriantes, pero lo que está claro es que es un hecho de que el planeta aumente en cuanto a habitantes en el año 2050 seremos 2.000 millones. Los cambios tecnológicos y sociales posiblemente mejorarán la eficiencia en el uso de los recursos y el incremento del bienestar podrá hacerse con un uso menos intensivo de energía, agua o alimentos. En 2050 la población mundial, además de crecer habrá envejecido, las personas estarán mucho más interconectadas (en 2050 cerca del 80% de la población mundial serán «nativos digitales», frente al 40% actual) y vivirán mayoritariamente en zonas urbanas. Como consecuencia de ello, los modelos de uso de bienes y servicios serán cada vez más colaborativos, potenciando la mejora en el uso eficiente de prácticamente todo tipo de recursos.
La clave para que todo esto sea posible es la tecnología, el desarrollo y aplicación de nuevas soluciones tecnológicas. Tecnología que nos permita ser más eficientes en la búsqueda y transformación de recursos energéticos, para ofrecer mayor bienestar a las personas y sin incrementar las emisiones de CO2, y manteniendo altos estándares de calidad del aire en las ciudades. Parte de este camino tan complejo se está cumpliendo y recorriendo la innovación tecnológica y la excelencia operativa han permitido reducir la intensidad de carbono de las refinerías de Repsol en un 22% entre 2010 y 2015, con el ambicioso objetivo de llegar a mejorarlo un 35% en 2020, porque la eficiencia es el recurso energético más sostenible para todos.
En los próximos años la eficiencia energética y la optimizan industrial se verán más impulsadas todavía por la aplicación extensiva de tecnologías digitales, desde la sensorización a la optimización de sistemas complejos, pasando por la gestión de «big data» y la monitorización.
En última instancia, la irrupción de tecnologías basadas en sistemas cognitivos permitirá alcanzar unos niveles de optimización y eficiencia hoy inimaginables. En otras áreas de la ciencia y la tecnología como la de los materiales, la aplicación de nuevos desarrollos a las energías renovables va a permitir que estas incrementen su competitividad y aumenten su participación en la matriz de energía de manera significativa. los materiales serán claves para desarrollar nuevos sistemas de almacenamiento de electricidad en baterías más eficientes y económicas que acelerarán la implantación de la electrificación de los vehículos, mejorando su autonomía y reduciendo su coste. Este sistema, junto con el desarrollo de nuevos conceptos en combustibles y en motores de combustión interna, como el auto gas de inyección directa, permitirá un transporte más eficiente en el futuro, tanto en términos de CO2 como de calidad del aire. La ciencia y la tecnología son los motores necesarios para que la eficiencia en la utilización de los recursos y en los usos de la energía nos permita en el año 2050 vivir en un mundo medioambiental, social y económicamente más sostenible.
Ahora más que nunca, tenemos la responsabilidad de, entre todos, inventar su futuro
No olvidemos que, aunque la tecnología nos pueda ayudar a salvar nuestro planeta y nuestra atmósfera también está en nuestra mano el poder hacerlo, no es tan difícil, aunque si que hay que hacer un pequeño esfuerzo y emplear en nuestras rutinas hábitos mas sostenibles para nuestra ciudad. Tener el habito de reciclar y comprar productos reciclables, el coche siempre que podamos dejarlo aparcado y andar o ir en otro tipo de transporte que consuma menos, cosas que, aunque nos lo han implantados desde que teníamos uso de razón hay que ir cambiando para que poco a poco se frene nuestro cambio climático.
Irene Martinez Verdasco