Jaime Coello: «Se me llenó la cachimba»
Esta expresión la solía usar mi abuelo materno, cuando llegaba al límite de su paciencia.
Era una persona pausada y reflexiva pero era mejor no llevarlo al límite. Como su padre, hombre de mar, fumaba en pipa y ese instrumento formó parte indivisible de su imagen una buena parte de su vida.No uso cachimba pero desde hoy noto que la tengo llena.Me di cuenta al leer el muro de un buen amigo y maestro que esta mañana escribió: «Maldito coronavirus». Anoche perdió a su sobrino. Estoy harto de la falta de empatía y de insolidaridad que una parte no desdeñable de la sociedad está mostrando en esta crisis.
Estoy hasta los mismísimos de leer que la COVID 19 no es grave, que es como una gripe, que «solo» afecta a los mayores y enfermos. A todos los que así se despachan, les invito a hablar con alguien que la haya sufrido o perdido un familiar. Estoy cansado de leer que este año han muerto menos personas que el pasado. Me satura ver que a mucha gente solo le preocupan los límites de distancia con los demás para poder practicar su deporte o cuándo se van a abrir las terrazas o los aeropuertos. Me indignan los antivacunas que ya anuncian que cuando esté lista, no se la van a poner, ni ellos ni sus hijos y por supuesto no pretenden confinarse.
«Me cabrea ver a gente ocupando puestos de responsabilidad que no da ejemplo y se salta el confinamiento».
«Estoy harto de conspiranoicos que dicen que esto es un experimento en masa y que nos tienen encerrados adrede para implantar el 5G».
«Me indignan los discípulos aventajados de Darwin que se apuntan a la selección natural y asumen que se puede aceptar la muerte de una parte de la población siempre que no sean ellos»
Tengo muy poca fe de que las cosas vayan a cambiar significativamente después que esto termine y mi única esperanza, la deposito en los cambios que cada uno esté dispuesto de hacer en su vida cotidiana. Creo que hemos tenido tiempo más que suficiente para pensar si queremos a nuestros mayores, a nuestros amigos y amigas con diabetes, hipertensión, obesidad, problemas cardíacos, inmunodepresión, cáncer, algún o varios trasplantes, o trabajadores del sector sanitario o los servicios de emergencia o seguridad, en el sector de la alimentación…
Desde los 23 años, formo parte de uno de esos grupos, lo que afortunadamente no me ha impedido disfrutar de una buena calidad de vida; además tengo amigos y amigas y familiares en todos ellos.Si tú te encuentras en esta misma situación, apelo a tu responsabilidad y te pido que los cuides, que te cuides, que nos cuides.Si no es así, formas parte de una inmensa minoría de personas afortunadas (en caso de no padecer enfermedades) pero eso no te exime del deber moral de ayudar a los demás o al menos no perjudicarlos.Si lo que escribo, te entra por un oído y te sale por el otro, como solo piensas en ti, deberías saber que ha habido un número significativo de enfermos de mediana edad y de entre ellos han fallecido personas completamente sanas, sin enfermedades previas.
«El Covid 19 mata y la estupidez también, el problema es que la segunda no solo liquida a los estúpidos sino también a los que intentan huir de ella».
«Muchas gracias a los más de 3.000 canarios que rechazaron hacerse el test de seroprevalencia».
«Los que no tuvieran una causa de fuerza mayor, merecen la medalla al mérito civil por su civismo y altruismo».
Jaime Coello
La Orotava, 7 de mayo de 2020.
Escrito en los tiempos del virus.