¿Qué le sucede al ecosistema tras una erupción volcánica?
Esta semana desde Sensitur nos gustaría abordar el tema de actualidad que nos preocupa en estos momentos en una de nuestras islas Canarias y enfocarlo sobre las consecuencias medioambientales tras la erupción del Cumbre Vieja en La Palma el pasado domingo 19 de septiembre.
Existen varias formas en las que los efectos de los volcanes se pueden palpar en el ambiente, e incluso las erupciones más pequeñas pueden tener un efecto medible.Algunos de los gases que se liberan en el aire, debido a una erupción volcánica, incluyen monóxido de carbono, dióxido de carbono, dióxido de azufre, flúor, cloro, sulfuro de hidrógeno y otros.
Los efectos de los volcanes en el medio ambiente dependen de los patrones del clima, la escala global de la erupción y la cantidad de la propagación de los gases de efecto invernadero.
Cumbre Vieja a diferencia del Teide (en Tenerife) o el Etna (en Sicilia), no tiene un único cráter. Se trata de una sucesión de pequeños volcanes que cuando hace erupción la lava sale por cualquiera de sus cráteres.
El Parque natural de Cumbre Vieja, donde se aloja nuestro volcán, ocupa unas 7.500 hectáreas y abarca seis municipios cuyo destino depende de la actividad volcánica. Fue creado en 1987 precisamente para preservar los conos y coladas volcánicas de las diferentes erupciones acaecidas en la zona desde la prehistoria, además para poder preservar sus bosques de pinar canario y de laurisilva.
La evolución de las reservas de magma en la corteza y de la lava que circula actualmente a consecuencia de la erupción volcánica, conlleva riesgos tales como la emanación de gases tóxicos (Co2, azufre, vapor de agua y ácido sulfhídrico), nubes de ceniza, contaminación de las aguas subterráneas y explosiones en el mar.
Gases tóxicos
Los expertos calculan que el volcán emite aproximadamente entre 6.000 y 9.000 toneladas de dióxido de azufre diariamente. El dióxido de azufre es un gas (SO2) que se libera en las erupciones volcánicas al tiempo que el magma sale a la superficie. El magma lleva gases que van disueltos a grandes profundidades y cuando llegan a la superficie se separan y salen como un gas independiente. Puede haber SO2, puede haber ácido fluorhídrico. No es tan frecuente, pero hay erupciones donde hay fluorhídrico que prácticamente quema al caer, sobre todo si se mezcla con agua aunque no es el caso aquí.
Los expertos advierten de la peligrosidad de eso gases que emanan del volcán de La Palma desaconsejando acercarse a las coladas, o ríos de lava recordando que en la anterior erupción en La Palma fallecieron dos personas por inhalación de gases tóxicos.
Nubes de cenizas
En general, las partículas de ceniza volcánica pueden provocar en las personas que se encuentren bajo su radio de acción diversos problemas de salud. Al contener partículas y gases nocivos, dañan el sistema respiratorio, la piel y los ojos. Los niños y las personas con alergias y problemas en estas partes del cuerpo son los más afectados.
La ceniza de un volcán puede inducir incendios forestales, contaminar el agua y dañar las cosechas, la vegetación y el ganado. El sílice de la ceniza tiene una alta cantidad de flúor que se puede depositar en el pasto.
Según las predicciones de la organización agraria COAG Canarias, la erupción del Cumbre Vieja puede afectar unas 400 hectáreas de superficie agraria, de las cuales unas 300 son plataneras. También se verán afectadas unas 60 hectáreas de viñedos. Estas proyecciones indican que unas 230 hectáreas de superficie agrícola no utilizada serán arrasadas por la lava.
En cuanto a los incendios forestales que se pueden producir por los piroclastos (fragmento sólido de material volcánico expulsado a través de la columna eruptiva y arrojado al aire durante la erupción volcánica) pueden llegar a ser tremendamente peligrosos para el medio ambiente al estar en un parque natural.
Contaminación de aguas
Desde el Instituto Geográfico Nacional advierten de la contaminación de aguas subterráneas en la zona, que se verán afectadas por gases emanados del volcán y harían inservibles las reservas de agua potable.
Explosiones en el mar
Debido a la topografía abrupta de la isla, al ser muy empinada, la lava podría llegar hasta el mar y provocar un fenómeno explosivo por su alta temperatura (1075 grados) que evapora el agua del mar que está a 18,19 o 20 grados y que no es pura, sino que tiene 35 gramos de sales por litro.
Entre esas sales predomina el cloruro sódico y también hay azufre, carbono y en menor medida, plomo y yodo. Se forman gases ricos en estos ácidos y producen picor, escozor a la población.
Las explosiones al tocar el agua se producen por contraste térmico al tocar el mar. Es como si se echa agua en una sartén. Se produce una salida de vapor de agua, pero no es como la de Islandia. Una cosa es que el agua entre dentro del cráter y otra cosa es que una colada de lava llegue al agua. Suelen ser explosiones pequeñas que pueden ser peligrosas si se está cerca y se verán sobre todo columnas de vapor blanco.
Los volcanes pueden afectar en el tiempo meteorológico y en el clima por la gran emisión de gases y polvo en la atmósfera, pero este volcán no al ser de bajo nivel de explosividad.
Lo esperado es que su columna eruptiva, las cenizas y gases expulsados a la atmósfera, no alcancen más de tres o cuatro kilómetros de altura. Si esta columna no asciende hasta capas mucho más altas, estos gases y cenizas no tendrán una gran movilidad a nivel regional o continental.
Su vulcanismo es considerado no explosivo sino efusivo, por lo que la capacidad de daños es mucho más limitada. Aún así por ser una zona bastante poblada centenares de viviendas y cultivos han sido engullidos por la lava dejando daños aún incalculables.
En Sensitur seguimos de cerca la evolución de este fenómeno histórico e impactante de la naturaleza esperando que esa masa de lava cese su recorrido y permita a los habitantes afectados de esa región volver a reconstruir sus vidas en un paisaje totalmente modificado.
Redacción por Veronica Castro
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Imagen destacada: Imagen cedida del periódico «El Español»