Un hilo de esperanza en una situación límite.
En medio del caos global que vive el mundo actualmente, se abren vías para nuevas lecturas y oportunidades para el medio ambiente
Nubarrones grises aparecen ahora en un cielo que nunca pareció brillar del todo especialmente en países como España o Italia, que llevan años atravesando una situación económica delicada y que ahora han sido golpeados de forma violenta por la crisis del Coronavirus. Aunque en medio de todo este caos, una pequeña luz asoma al final del túnel. En estos días estamos siendo testigos de imágenes que solo aparecían en los rincones más amables de nuestra imaginación o parecen sacadas de un relato de los hermanos Grimm. Jabalíes que bajan a las principales calles de Barcelona, pavos reales en el parque del retiro en Madrid, cabras trotando tranquilamente por la ciudad de Albacete en plena noche o cisnes que nadan sin preocupación por las aguas limpias de los canales de Venecia.
La reducción de la actividad humana a lo largo de todo el globo ha venido acompañada de una reducción importante de los niveles de material contaminante del aire y gases de calentamiento global a medida que el coronavirus ha ido haciendo estragos en el trabajo, los viajes y la vida cotidiana de las personas. Por ejemplo, según la BBC, en Nueva York las investigaciones apuntan a una reducción de hasta un 50% del monóxido de carbono, gas fuertemente contaminante, en comparación al año pasado. Esto es debido en mayor medida a la reducción del tráfico en la ciudad que nunca duerme. Asimismo, también se señala una reducción importante en los niveles de CO2.
Podemos entonces, de manera objetiva, situar al planeta tierra como parcial vencedor de esta crisis. Que los animales campen a sus anchas por donde antes rodaban ruedas sobre el asfalto, que los mapas de contaminación se despejen y que, en definitiva, el mundo respire mejor nos deja como sociedad en el punto de mira. Si miramos el mapa de contaminación sobre china en comparación de principios de Enero y lo comparamos con el de finales de Febrero, nos damos cuenta de que el rastro de similitud entre los dos es más bien escaso, ya que una mancha anaranjada se extiende sobre la superficie del gigante asiático en el primero, mientras que desaparece en el segundo.
En palabras de François Gemenne, director del Observatorio Hugo y que estudia los efectos de los cambios ambientales, así como la migración humana y política: “el número de muertos por el coronavirus sería mucho menor que las víctimas por la contaminación atmosférica”. Por ejemplo, en China a raíz de la contaminación del aire mueren al año más de 1 millón de personas. En Estados Unidos, esta cifra se reduce hasta los 100.000. A nivel mundial, esta cifra se eleva hasta unos 7 millones de personas.
Cierto es que esta situación es transitoria y que cuando acabe los gobiernos decidirán estimular sus economías una vez que cese la pandemia. Como precedente, en 2008 y 2009 tras la crisis financiera global las emisiones de carbono se dispararon un 5% a consecuencia del gasto de estímulo que impulsó el uso de combustibles fósiles. Conociendo esto, los gobiernos tienen ahora la oportunidad de cambiar este impacto tomando medidas como vincular el rescate al sector aéreo a reducciones mucho más estrictas en las emisiones de aviación.
Aunque bien es cierto que plantear un enfoque radical al que vivíamos hace pocas semanas y tratar de instaurarlo de forma casi dogmática como forma de pensar dominante parece ventajista y hasta cierto punto hipócrita, esto podría servir como punto de inflexión para llegar a un equilibrio donde vida humana y cuidado del medio ambiente se conjugaran de una mejor forma que la actual. Si con la caída de la actividad industrial, los vuelos y el turismo depredador en las ciudades se ha demostrado que en poco tiempo los resultados que se obtienen son sorprendentes, el cómo podría esto beneficiar al planeta a largo plazo es más impactante aún.
Es claro y evidente que hay algo muy positivo que se puede sacar de esta situación tan adversa: es posible reducir la huella de carbono. Transformar el impacto que nuestras acciones tienen en el medio ambiente y conseguir grandes resultados con pequeños cambios se puede conseguir en poco tiempo gracias a la acción global.
Ángel Barreto Fernández.
Fuentes:
https://sostenibilidad.semana.com/actualidad/articulo/coronavirus-la-contaminacion-del-aire-y-el-co2-disminuyen-rapidamente-a-medida-que-el-virus-se-propaga/49137
https://www.univision.com/noticias/medio-ambiente/estudio-revela-que-la-contaminacion-del-agua-potable-en-estados-unidos-es-mas-grave-de-lo-que-se-pensaba
https://www.lavanguardia.com/natural/20200301/473873534071/coronavirus-caida-niveles-polucion-china-nasa.html