Como evitar la degradación ambiental de la Graciosa y el Archipiélago Chinijo
En el conjunto de islotes al lado de La Graciosa denominado Archipiélago Chinijo, coexisten en los últimos tiempos dos problemas importantes:
- La degradación por la basura
- La masificación de turistas en la Graciosa
La Graciosa es la mayor reserva marina en Europa y de los espacios naturales protegidos de las Islas de Canarias.
El parque natural del Archipiélago de Chinijo,que cumple 32 años conservando este espacio de origen volcánico, se encuentra situado al norte de las Islas Canarias.
Este archipiélago está compuesto por la Isla de la Graciosa y algunos islotes deshabitados como el de Alegranza con sus playas vírgenes y riscos volcánicos.
Es la zona menos alterada de las Islas Canarias, un lugar idílico del Archipiélago.
LA DEGRADACIÓN POR LA BASURA
En estos momentos existe una gran preocupación social, que es la amenaza de la plaga del plástico del siglo XXI, y que está afectando a todo el planeta, degradando el ecosistema y medio ambiente.
El parque natural del Archipiélago de Chinijo sufre contaminación en sus playas con residuos y desperdicios de todo tipo (envases, colillas, peines, botellas, redes de pesca, etc…). Las corrientes marinas del norte van arrastrando todos estos residuos y se van acumulando toneladas en los recodos de la Isla.
Existe un grupo de colaboradores que se reúnen cada jueves para recoger estos residuos de las playas. La mayoría son plásticos que vienen arrastrados por las mareas de latitudes del sur de Europa, norte de África e incluso América. Los voluntarios recogen de cuatro a seis mil kilos de basura cada año en todo el parque natural.
Alexis Rivera biólogo y técnico de la organización de WWF Canarias, es uno de los voluntarios que acude a recoger basura cada jueves durante tres meses al año.
Nos explica que “ya solo recogemos los trozos de plástico más grandes antes de que se descompongan con el sol, porque si se convierten en microplásticos, esas partículas de menos de cinco milímetros se confunden con la arena”.
Cada verano los voluntarios recogen entre 4.500 y 6.000 kilos de basura. A esta cantidad hay que sumar los 20.000 kilos que el Organismo Autónomo de Parques Nacionales recoge por su parte.
WWF lleva 20 años trabajando con el objetivo de limpiar playas. Con el fin de visualizar la situación, la organización invitó a El País para dar a conocer su labor y el problema actual de la “contaminación marina” en estos parajes, protegidos por el Patrimonio de la Humanidad y dar conciencia de ello.
La contaminación del plástico es un problema global en el que está implicada el área de medio ambiente de la ONU. Asimismo, en la UE se han aprobado decretos para modificar el consumo del plástico incluido en nuestro país. La Comisión Europea aprobó la estrategia sobre los residuos con el objetivo de reducir plásticos que terminan dañando los mares y los paraísos como La Graciosa.
Sin duda, aún queda mucho trabajo que hacer desde las administraciones públicas pasando por la ciudadanía.
Voluntarios recogiendo plásticos llegados a través del mar.© Paco Puentes
LA MASIFICACIÓN DE TURISTAS EN LA GRACIOSA
Otra preocupación importante es el fenómeno del sobreturismo, donde cada año se incrementa considerablemente el número de visitantes.
En la Universidad de las Palmas se ha realizado un estudio de cuál es la capacidad de carga real que pueden asumir estos lugares con el fin de que no se vean afectados por la masificación del turismo.
Existe un estudio denominado Iniciación al estudio de la capacidad de carga en islas turísticas: aplicación a la isla de La Graciosa de la Facultad de Geografía y Ordenación de la ULPGC. En los resultados de esta investigación, se pone de manifiesto que “se está superando con creces la capacidad de carga turística”. La suma de personas que visitan la isla en barcas de recreos, los barcos que fondean y los turistas que bajan en lanchas superan diariamente 250 personas. Los cálculos de este estudio indican que el máximo de visitantes debería de ser 108 personas admisibles, y actualmente se está doblando esta cifra.
Lamentablemente esta dinámica esta creando un impacto de riesgo del valor natural del ecosistema canario.
Según el mismo estudio“el crecimiento desmesurado de visitantes supone un riesgo elevado para la protección, conservación y disfrute del parque natural, no solo por lo que respecta a su patrimonio natural sino, también al etnográfico y la identidad propia de la Isla”.
Teniendo estudios de cifras estrictos y contrastados para ver qué ocurre en la Isla, se advierte que existe urgencia dar soluciones a esta problemática. Sin embargo, actualmente se encuentra anulado por la PRUG (Plan Rector de Uso y Gestión del Archipiélago).
La Graciosa no pueda asumir ni atraer a más turismo por sus características naturales.
Este espacio natural marítimo-terrestre es muy frágil y deben plantear visitas controladas. De la misma manera que en 1995 se limitó la pesca y la flota marina para proteger las aguas circundantes. Sería necesario crear y poner en marcha un plan de sostenibilidad y de capacidad de carga turística.
Los principales retos a los que se enfrenta el Parque Natural de Chinijo son la degradación del ecosistema y la masificación del turismo.
Por Rosa Franco Mendoza