El mundo del mañana

La sociedad en su globalidad pasa por un punto de inflexión histórico a causa del Covid-19. ¿Qué efectos tendrá en nuestra vida posterior a la pandemia?
Como si de una distopía salida de la cabeza de Isaac Asimov o de algún guionista de Michael Bay, ahora el mundo se encuentra bajo la amenaza de un potente y contagioso virus, el Covid-19. Aunque en esta ocasión no parece que sean los norteamericanos quienes vayan a salvar el planeta, sino todo lo contrario.
Todo resquicio de ego, poder, o voluntad de sobresalir por encima de algo o alguien, ha sido reducido a la nada de la noche a la mañana por un golpe de realidad enorme. Un golpe que ha venido en forma de enemigo silencioso e invisible, que camina entre nosotros implacable y sin que lo veamos.
Sumergidos de llenos en plena crisis mundial, una de las mayores de los últimos años y probablemente la mayor de nuestra generación, en España vivimos bajo una aplastante incertidumbre y en lucha continua contra los datos, que apenas mantienen un fino hilo de esperanza y que dicen que probablemente ya hayamos pasado o estemos pasando la peor parte de esta pesadilla, pero que aún mantienen difusa la luz al final del túnel.
Es tal la delicadeza del momento en el que usted, el resto del mundo y yo estamos ahora, que probablemente sus consecuencias marquen a la sociedad tal y como lo conocemos ahora. Las decisiones que se tomen ahora darán forma al mundo de los próximos años. Todo sistema, desde el sanitario, económico, hasta el político y cultural serán influenciados a corto y largo plazo por esta situación. Muchas de las medidas que se tomen durante esta emergencia, convivirán con nosotros una vez la superemos. Decisiones que en otro tiempo llevarían años, aquí se tomarán en cuestión de días u horas. Un arma de doble filo con la que tenemos que aprender a lidiar, ya que en caso de no hacer nada las consecuencias, con toda seguridad, serían mucho peores.
Entro de este caos, uno de los analgésicos más potentes que como gremio podemos aceptar es vernos en el espejo de países como China, que ya han pasado por las fases más duras del proceso de confinamiento y que como sociedad empiezan a retomar tímidamente su actividad previa a todo este caos y a sacar la cabeza de la madriguera.
En el país asiático se han tomado medidas de seguridad extrema como usar millones de cámaras de reconocimiento facial, obligar a las personas a tomar su temperatura e informar de su situación médica, identificando así potenciales portadores del virus y monitorizando sus movimientos, de forma que puedan ser identificados por el resto de la población para prevenir el contagio mediante aplicaciones para teléfono móvil. En palabras de Yuval Harari, historiador israelí y profesor en la Universidad Hebrea de Jerusalén: “si no tenemos cuidado, la epidemia podría marcar un importante hito en la historia de la vigilancia.” Se refiere el respetado escritor a que puede suponer la transición de una vigilancia epidérmica a una vigilancia hipodérmica. Esto es, podre monitorizar nuestra presión sanguínea o la temperatura de nuestro dedo cuando hagamos click en un enlace con el teléfono.
Como si de un capítulo de Black Mirror se tratase, numerosas son las conjeturas sobre el devenir que esto supondrá en nuestras vidas. Si por ejemplo, las agencias de publicidad tuvieran acceso a datos personalizados sobre la reacción de nuestras constantes cuando entramos a un determinado sitio y otro, podrían saber lo que nos da miedo o lo que nos hace felices, haciéndonos más vulnerables de cara a las empresas como consumidores.
A nivel económico, muchos páises y empresas diversificarán sus mercados e intentarán no depender de uno solo, ya que esto les dará mayor seguridad. Como consecuencia puede que algunos productos suban de precio ya que si una empresa tiene fábrica en varios países, sus costes serán mayores.
En conclusión, hay muchas preguntas a las que aún no tenemos respuesta, porque no sabemos cómo van a responder muchos países ni la economía, sanidad y sociedad en general. Lo que puede alimentar la esperanza es que en un futuro próximo se abrirán puertas que parecían cerradas para siempre, oportunidades en las que nadie creía.
Post elaborado por Ángel Barreto Fernández.
Fuentes:
https://www.semana.com/mundo/articulo/coronavirus-como-cambiara-el-mundo-despues-del-covid-19/658146