Nino Cervera, docente especializado en innovación y nuevas tecnologías: “No podemos ser sostenibles si no nos han educado para ello”
Nino Cervera Martín es un docente con gran experiencia en el sector educativo. Especializado en la innovación y nuevas metodologías educativas. Ex profesor de la Universidad de La Laguna, actualmente ejerce en el Colegio Decroly, también situado en el mismo municipio. Su principal misión es conseguir un futuro mejor a través de la experimentación y el aprendizaje por impregnación.
Recientemente, Nino ha creado una organización llamada ‘Cambium Sostenible’ que tiene como fin mejorar la economía, la sociedad y el medioambiente a través del cambio de comportamiento de las personas en positivo.
Su primer vídeo sobre educación publicado en sus redes sociales desencadenó un gran éxito y viralidad, llegando incluso a países de Latinoamérica y con un alcance de más de 400 mil visitas. Hace unos días ha lanzado su tercer vídeo sobre sostenibilidad ya que considera que ambas cosas son complementarias y que una no tiene sentido sin la otra.
En su entrevista con Sensitur, nos relata sus ideas, pensamientos y experiencias.
Sensitur: ¿Cuándo y cómo has empezado a interesarte por el medio ambiente? ¿Ha pasado algo concreto para que digas «esto es urgente y necesito expresarme»?
Nino Cervera: Yo creo que realmente la cuestión sería al revés, ¿Cómo no podemos interesarnos por el medio ambiente? El tema sería al revés porque es como preguntarle a alguien cómo no te interesa tu casa, el alquiler que pagas, si la tienes ordenada, sucia, limpia… Obviamente, el planeta es nuestra casa, creo que todo el mundo debe interesarse. Yo desde siempre he disfrutado del medioambiente, tanto de bosques como de playas. Desde que era pequeño, he estado en contacto con el medio natural. Me gusta que me hagas la pregunta, porque yo le daría la vuelta: ¿cómo alguien no puede interesarse por el medio ambiente?
S.: Al ser un profesor en la Universidad de La Laguna y del Colegio Decroly (La Laguna), tienes contacto constante con los jóvenes. ¿Crees que están conscientes de la importancia del medio ambiente, reciclaje, desarrollo sostenible?
N.C.: Yo creo que cada vez más, y lo que yo intento hacer desde mi ‘parcelita’ es concienciarlos a través de la experimentación porque siempre decimos que hay que cuidar el mundo, hay que cuidar el planeta o estas frases que son muy evocadoras e interesantes pero, ¿cómo puedes tú cuidar algo que no lo has experimentado, que no los has palpado, ni vivido? Es como cuando uno tiene una pareja. Tú al final quieres cuidar a una pareja o a un amigo porque le conoces en profundidad, no quieres cuidar a una persona cualquiera en la calle. Con los jóvenes pasa eso, les decimos desde muy pequeños que tienen que cuidar el planeta donde viven, que hay que reciclar, reutilizar… todo eso está muy bien, pero hasta que no se hacen un par de caminatas por el bosque de Anaga o van a una playa y recogen plástico y se dan cuenta de lo importante que es, de que lo que aprecian tienen que cuidarlo… es la única manera.
Yo creo que hay dos claves: una es la concienciación a través de la experimentación y la segunda se llama aprendizaje por impregnación. Aprendemos más de lo que vemos en nuestro entorno que de lo que nos dicen. Si yo veo a alguien recogiendo papelitos por la calle, quizás al día siguiente voy a recoger papeles. Me parece que es súper importante el buen ejemplo que damos el profesorado, la sociedad en general, y por supuesto las empresas turísticas y todo el mundo que se dedica a ello porque si al final la realidad es que la gente camina y actúa de una manera, la gente joven aprende por impregnación. Al final los hijas y las hijas son productos de lo que tienen en sus casas y de lo que ven en las escuelas.
S.: ¿Cómo proyectas el futuro educativo de aquí a 10 años? ¿Hacia dónde consideras que va el futuro de la educación?
N.C.: Creo que afortunadamente cada vez son más los profes que intentamos cambiar la manera de dar las clases, no es solamente el saber cosas, el conocimiento ya está en Google, hay que entenderlo por supuesto y dominarlo, pero el conocimiento ya está disponible. No es como antes, que había que transmitir conocimientos porque no había fuentes. Lo que hay que enseñar es a saber hacer y a saber ser. Yo por el conocimiento que doy en mis clases intento que hagan algo con ese conocimiento y que sean mejores personas a través de ese conocimiento.
Yo creo que cada vez hay más profes que están tirando a eso. Al final cuando tú sales a la vida real, ¿qué necesitas? Necesitas tener un pensamiento crítico, necesitas saber hablar en público, necesitas saber hacer una entrevista, necesitas habilidades sociales y, lógicamente, memorizando y ‘escupiendo’ en un examen no se aprende este tipo de habilidades. Pienso que la educación está cambiando poco a poco más hacia dar habilidades y herramientas para la vida real que no tanto memorizar y ‘escupir’.
S.: ¿Cómo ha surgido la idea de tu último video? ¿Tenías un equipo detrás, o era un trabajo de una persona principalmente? Cuéntanos un poco sobre la realización del video.
N.C.: Yo además de profesor, he creado una organización llamada ‘Cambium’ donde nos dedicamos al cambio de comportamiento positivo de las personas. Damos talleres de información, tanto a instituciones, Ayuntamientos, empresas, escuelas… y básicamente, en vez de dar una charla vacía como las que oímos siempre, nuestros talleres van enfocados a cambiar el comportamiento y a acompañar ese cambio.
A raíz de eso, ya que nuestra organización tiene que ver con la sostenibilidad, pensé que hacía falta hacer un vídeo donde se den pautas de comportamiento pequeñitas que cada persona individual pueda hacer. Al final lo dejamos como “es que las empresas no cambian” “es que los Gobiernos…” Vale, perfecto, tú cuando encuentras un papel en la calle, ¿lo recoges?, tú cuando te duchas, ¿tú ducha dura menos de tres minutos?, tú cuando vas a reciclar si no hay un contenedor al lado ¿caminas 10 metros? Nos enfocamos en ese cambio de comportamiento individual para llegar a lo global. Históricamente, todos los cambios han venido siempre de la unión de pequeñas personas en sitios pequeños que al final se extiende.
El vídeo surgió un poco por eso. Porque nos interesa la sostenibilidad, y nos interesaba hacer un vídeo donde se dieran pautas claras y concretas que nos invitaran a la acción, y todo eso desde la plataforma de ‘Cambium’ que es como la empresa de talleres e información que hemos creado.
En un principio cree otro vídeo de educación, también muy interesante e hice lo mismo. Tengo en mi teléfono un block de notas donde voy apuntando ideas, frases de gente conocida y no tan conocida, cosas que se me ocurren, y una vez que tengo ya un montón de ideas me pongo a escribir. Cuando tengo el texto escrito pienso en las localizaciones. En este caso lo grabé todo en un día. Fui al Teide, a la playa del Bollullo, luego fui a Anaga y terminé en la Tejita y en Montaña Amarilla, en Costa del Silencio. Lo monté casi todo yo solo con la ayuda de una ex alumna y de dos amigos que se dedican a la música que me ayudaron un poquito pero, básicamente es una creación propia sin ningún tipo de medios. Mis amigos me dicen “Nino, si alguien te contratara para esto, cómo saldría el vídeo” porque básicamente lo hice yo solo.
S.: ¿Por qué te has decantado por el rap/ poesía hablada como formato en tus vídeos?
N.C.: Yo creo que todos nos hemos dado cuenta que hacen falta mejores maneras de divulgar y de transmitir ideas. Estamos hartos de charlas que nos sueltan un rollo y no entendamos nada. A mí me gusta el rap, me gusta la música, en general me gustan mucho las rimas. Entonces, creo que es un formato mucho más potente, que llega mucho más y que engancha, que si simplemente empiezo a hablar de lo que creo. Tiene más sonoridad, y estás esperando a que llegue la rima: a ver qué dice, y de repente, se te pasa un video de cinco minutos como si fuera de dos, que para mi es la mejor crítica del video. Yo sé que cinco minutos, en la época de inmediatez de hoy en día, se pueden hacer largos. Pero la verdad es que la gente que lo ha visto me ha dicho: “Nino, son cinco minutos, pero empecé a verlo y en un momento se acabó.” Entonces, yo creo que estoy, humildemente, intentando generar una nueva manera de comunicar, que no es rap, porque no es una canción, es más bien un speech normal, entonces está a medio camino. Y parece que está gustando.
S.: ¿Qué significó para ti el levantarte un día y ver como tú vídeo, en el que compartías tus pensamientos, había tenido tanta repercusión y viralidad?
NC: Pues mucha ilusión. Pero como dije antes, intento ser una persona educada y agradezco mucho los comentarios de la gente y estoy todo el día respondiendo muchos mensajes. Este video, que lancé hace poquitos días, va bastante bien. El que también se hizo muy viral fue el de educación: llegó a muchos países, incluso en Latinoamérica lo han puesto en universidades, institutos… Y en total, el de educación creo que ha llegado a 300 mil o 400 mil visitas. Entonces, después del de educación saqué el de sostenibilidad, porque creo que, tal y como dijimos antes, son dos cosas complementarias. Una no tiene sentido sin la otra. No podemos ser sostenibles si no nos han educado sobre para ello.
S.: ¿Cómo nace Cambium sostenible?
N.C.: Cambium Sostenible nace de una unión de profesores, sobre todo con Natalia Rodríguez Val, que es mi compañera, y otros dos profesores más. Básicamente, surgió por demanda: como somos referentes en la educación y la sostenibilidad, nos demandan charlas de ayuntamientos, incluso de instituciones, de empresas, porque quieren alinearse con los objetivos de desarrollo sostenible. Se dan cuenta de que lo que tienen siempre son charlas vacías, que no llaman a la acción y no acompañan en ese cambio. Entonces, a medida de que nos han pedido charlas y talleres, sobre todo respecto a desarrollo sostenible y cambio educativo, decidimos crear una plataforma y unirnos.
Surgió, por tanto, al revés que todas las empresas: derivó de una demanda, y nuestro objetivo, siendo investigadores y formadores, es, usando las herramientas que tenemos y los objetivos del desarrollo sostenible, mejorar la economía, la sociedad y el medioambiente a través del cambio de comportamiento de las personas en positivo.
S.: En los últimos años, el debate sobre la sostenibilidad del turismo (y si son compatibles siquiera) se levanta cada vez más. ¿Opinas que es posible un turismo sostenible?
N.C.: Yo tengo esperanza de que el turismo o será sostenible, o no será. Tenerife tiene muchas cosas que ofrecer. Pero “sol y playa” también lo ofrecen muchísimos lugares del mundo, y más cerca, y más económico. Entonces, yo creo que con la sostenibilidad, podemos aportar un valor añadido a Canarias, diferenciarnos del resto. Tenemos parques naturales increíbles, tenemos turismo de estrellas, tenemos fondos marinos, tenemos playas, tenemos culturas… Tenemos una gastronomía muy variada también. Yo con mi alumnado siempre les hago una pregunta: ¿sabes, por ejemplo, que hay un hotel donde toda la comida que no se utiliza termina siendo compost, que luego irá a una huerta? ¿O sabes que hay un hotel donde se pagan sueldos dignos, y todas las excursiones que hacen son hacia lugares de Tenerife con su gastronomía y su cultura?
Esto terminará aportando un valor añadido, y que atraerá un turismo de más calidad, que, sobre todo, hará que un mayor porcentaje de lo que gasta el turista se quede en Canarias. Me imagino que lo sabréis mejor que yo, pero yo lo veo como que, de cada 100 euros que se gasta el turista, quizás 80 ó 90 euros, se van fuera. Entonces claro, si le damos un valor añadido, relacionándolo con la sostenibilidad, al final vendrá otro tipo de turismo que quiere conocer en más profundidad la isla, que quiere ir más allá del sur de Tenerife, que comerá en distintos lugares de la isla, y entonces se quedará un poco más de dinero aquí, que en Canarias somos líderes en turismo, pero a la vez estamos en la cola de Europa en cuestiones como la riqueza y la desigualdad. Entonces, la pregunta es: ¿qué nos diferencia? ¿Hacemos un hincapié en nuestra identidad, nuestros paisajes, nuestra gente, mediante el turismo? ¿O solo la estamos perdiendo, centrándose en las piscinas, sol y playa?
S.: ¿Qué opinas sobre la situación medioambiental de Canarias?
N.C.: A mí lo que me preocupa y lo que me ilusiona es que creo que ya tenemos la tecnología suficiente para fomentar la energía eólica, por ejemplo. Tenemos recursos naturales suficientes para transicionar hacia otro tipo de energía. Creo que ahora, en principio, desde el Gobierno se va a apostar por esto. Es algo positivo porque, obviamente, los fósiles, aparte del calentamiento global, son limitados. Y hay que traerlos; y si tenemos viento y fuerza del mar, creo que tenemos que aprovecharlo e intentar generar energía limpia.
Y aquí entramos también con la diferenciación para el turismo. Yo creo que un hotel se haría muy conocido y muy visitado por ser el primer hotel sostenible: si tuviera, por ejemplo, todo el exterior lleno de placas solares. Al final, creo que si van de la mano el diferenciarnos y la sostenibilidad turística, va a mejorar mucho el entorno y va a aportar algo diferente de lo que aportan el resto de los destinos turísticos.
S.: Agua, aire y tierra son los temas principales de tu último vídeo que hace referencia a esas acciones que por muy pequeñas que sean podrían cambiar el mundo, ¿qué mensaje darías a la sociedad para concienciarse con la sostenibilidad y pasar a la acción?
N.C.: El mensaje que daría, que también sale en el video, es que a veces son mejor las metas cortas y realizables del día a día, que pensar en las utopías. Las utopías están genial, sirven para tenerlas enfrente y ver hacia dónde caminas, pero al final no podemos olvidarnos del día a día. Y pensar: ¿qué pequeñas acciones puedo hacer yo para mejorar el mundo? Y de pronto, en vez de utilizar las servilletas de papel, pasas a usar uno de tela, o llevar tu propia botella de agua, o instalar pulverizadores en los grifos de mi casa para que el consumo de agua se redujera a mitad, o empiezo a separar la basura… Esto parece muy poco, no puedes cambiar el mundo, pero sí cambias este trozo que te tocó vivir.
Al final, si todo el mundo lo hace, terminará, por presión social, los dirigentes políticos tomen acciones con esto. Y siempre ha sido así: cuando la gente se une y está de acuerdo en algo, los políticos, que son representantes de la población, tendrán que cambiar sus programas, u ofrecer alternativas a lo que la gente exige. No podemos esperar a que las empresas o los dirigentes, digan sin más: “ahora vamos a ser más sostenibles.” Estaría genial, pero todo empieza moviendo el tablero desde abajo. Es una presión que se tiene que ejercer, y se ejerce cuando todo el mundo empieza a llevar su propia bolsa al supermercado y dejan de comprar en tiendas donde se usa mucho plástico, el propio establecimiento entenderá que ha de cambiar porque la gente me está criticando por esto.
Una cosa que a mí me encanta es el concepto de “con cada euro votamos.” Con cada euro que te gastas fuera de tu casa, eliges a quién va tu voto, qué tipo de empresa apoyas. Si hay una empresa sostenible, yo con mi euro estoy votando para que salga adelante. Si voy a un supermercado que no usa plástico, o usa productos auténticos de Tenerife, con mi euro estoy votando para que este establecimiento crezca. Yo creo que son importantes las acciones individuales y gastar nuestro dinero en lugares donde se potencia la sostenibilidad. Se puede aplicar al turismo, se puede aplicar a un restaurante, a lo que queramos, realmente.